EY ha reembolsado £15 millones a Santander UK después de que el banco estuviera insatisfecho con el trabajo de la firma Big Four. Estos trabajos se realizaron para solucionar problemas persistentes de cumplimiento en materia de delitos financieros.
Los consultores de EY fueron contratados por Santander, junto con otros expertos, para resolver deficiencias en la prevención del lavado de dinero y la lucha contra delitos financieros. Cabe señalar, que esta situación había provocado la atención de los reguladores.
La calidad del trabajo, conocido como Proyecto Morgan, fue considerado deficiente por lo que EY ha tenido que reembolsar £15 millones. Esto ha afectado seriamente los ingresos de consultoría de EY.
En diciembre, la Autoridad de Conducta Financiera (FCA) multó a Santander con £108 millones por «repetidos fallos en la prevención del lavado de dinero». Eso se dio después de años de seguimiento inexacto y deficiente de cuentas de alto riesgo.
Pobre Marco Operativo
Desde 2012, el departamento de auditoría interna de Santander UK había señalado que su gobierno y marco operativo para la prevención del lavado de dinero eran deficientes.
EY no ha comentado sobre el asunto, y se desconoce si el banco asumió el trabajo internamente. Por su parte, Santander afirmó haber gastado más de £700 millones en los últimos cinco años para transformar sus sistemas de prevención de delitos financieros.
La incapacidad de las firmas Big Four para proporcionar debida diligencia al cliente se ha destacado por otros funcionarios del banco.
Negocio riesgoso
Los Expertos de la industria advierten que contratar servicios de consultoría para combatir el lavado de dinero es arriesgado. Se debe tener en cuenta que las empresas criminales han evolucionado hacia técnicas sofisticadas difíciles de abordar.
EY reducirá de personal
Se espera que EY anuncie despidos en los próximos meses, lo que incluirá una reducción en su equipo de prevención de delitos financieros como resultado del fracaso del Proyecto Morgan.
El fracaso de Proyecto Morgan se suma al abandono de Proyecto Everest, el intento interno fallido de dividir EY y cotizar su brazo de consultoría en los mercados públicos.
EY planea reducir su equipo de prevención de delitos financieros y reevaluar su estrategia después de los problemas con Proyecto Everest y la salida de su CEO anterior.
